domingo, 17 de julio de 2016

Como si pasara un tren, fascinante aventura

La carismática autora y directora Lorena Romanin acierta en una emocional puesta


“Como si pasara un tren”, es una menuda obra de solo setenta minutos pero que desde un comienzo impacta en el espectador. Un sencillo relato cobra valor y dinámica en manos de unos queribles personajes.  La vida de Juan, un joven con problemas madurativos y su protectora madre se ve revolucionada con la llegada de su prima Valeria, quien como castigo de su madre debe pasar un tiempo con ellos, sus familiares del interior. La pieza dio sus primeros pasos en suelo español en la sala La Trastienda de Madrid en el 2014, cambiando después al Teatro Lara, con repertorio español y dirigida por la argentina Adriana Roffi. Alcanzo elogiadas críticas y una temporada que se mantuvo durante el resto del año, convirtiéndola en un gran éxito del teatro alternativo de madrileño. Pero desde el año pasado se puede disfrutar en el singular espacio porteño, “El Camarín de las Musas”.


La complicada, asfixiante y secuaz relación madre e hijo se pone en evidencia frente a la joven, quien sin querer despierta nuevos anhelos en el muchacho, empuja a la madre a tomar insólitas decisiones y aventurarse en desafíos postergados en la crianza de un hijo especial. Miedos, secretos y sueños son presentados de forma natural con un delicado equilibrio entre la comedia y el drama. Estos empáticos personajes impactan de manera directa sobre el auditor, muy bien perfilados en la historia, crecen minuto a minuto y permite que la pieza resulte una experiencia inesperada y paralizante.


La joven escritora con gran ingenio en dirección permite que el trio actoral se destaque, adicione y acompañe en forma ajustada cada uno en su rol. La madre dominante, protectora y opresora en manos de Silvia Villazur, es admirable. La frescura y ternura de Luciana Grasso como Valeria permite que el personaje de la joven pasional, desafiante y revolucionaria resulte sumamente natural y el engranaje clave en la trama. Y para el final he dejado a quien no puedo dejar de destacar su gran composición e interpretación, Guido Botto Fiora, su difícil personaje de un joven con problemas motrices y madurativos es exquisito. El teatro off brinda esas enormes sorpresas, descubrir grandes artistas y joyas narrativas. Esta vez esas premisas no están ausentes, sino que se enfatizan con esta arriesgada puesta e intérpretes.



El choque generacional de esa problemática madre y estos ingenuos jóvenes, los miedos compartidos, el amor sobreprotector y los postergados sueños son los sabrosos condimentos que ensalzan y conmueven en esta natural dramaturgia, pero veraz y real a la par. Los breves cuadros musicales son un respiro a los momentos de enorme dramatismo justo a cuotas de humor que suavizan la tensión plasmada y el ambiente se renueve. Delicada, cruda, directa y reflexiva conecta de inmediato con el público. No la dejes pasar, se presentan en varias funciones, viernes 20hs y 22.30 hs. Sábados 22.30hs y domingo 17hs. “El Camarín de las Musas”, Mario Bravo 960.


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